DIOSA DEL ALBA

Muy temprano amanece
un sabor a poesía.
Es una fragancia inexplicable
mezcla de sangre con miel
sacudida de alma
gravitando inquietas esferas
explosión de cosmos
debajo de la piel.

El instinto más animal
se rebela, aúlla, desgarrando.
Es la búsqueda del ser
y sus riberas
iluminación/agonía/belleza.
Comienza la llovizna del pistilo.
Me adhiero a sus cabellos de fuego
hallándome en el halo de su vuelo.
Mi cuerpo yace.
Domina la inconsciencia
del desapego
me cubre un cálido brocado
vacío colmándose de luz.

El afuera ha quedado desmembrado.
Perfecta, renazco,
primigenia mujer alada
pergamino de seda
dibujando certezas
incuestionables.
Desde la paradójica efervescencia
me suspenden columnas invisibles
brillantes prismas
elevando a la palabra
sobre el lago de los miedos.
Desnuda, alucino,
abrazándome a la aurora
que me gotea.
Me bebo entera.
Sorbo a sorbo
corro por mis venas
<me aguarda el corazón
y el rumor de sus mareas…>
océanos de magma
renombrándose nuevos

ansiosos
milenarios.
El verso anárquico
me esculpe
su Don es la vida eterna.
Resplandece la Diosa del Alba
me convoca el beso
de su mirada.

Scarlet Cabrera