ESMERILANDO

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Escribo para la noche
que me tiembla en el ojo
con sus mitades de aire
entre ángeles y demonios.
Al fantasma enroscado
en la esquina más saqueada
de mi vuelo
donde me hago arteria del silencio
subiendo la pirámide blanca
en la sombra que se cierne.
Escribo para las algas
que sucumben en mi marea
a sus cabellos azules
tendidos en el Atlántico
y en cada sorbo
me bebo al grito que subsume,
envolviendo con arcilla
tiempos erráticos
que me esculpen.
Escondida y liberada
temerosa y valiente
amarrada y desatada
con mi capucha de serafín
y el traje oscuro
que la infinitud,
esmerila en las sinuosas redes
que se tienden sobre
mi boca.
Escribo para la nada
y su poder ferviente.

Scarlet Cabrera

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Imágenes: Pixabay.

EN AQUEL LUGAR

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En aquel lugar
donde el amor se pregunta
por qué lo llenan de crepúsculos
que marchan enceguecidos
entregándole hileras de sombras
que firman acuse de recibo.
Sargazo de eternidades asustadas
como tuercas enroscando
pasadizos que sucumben
<son los ásperos lechos de la noche>
catacumbas insomnes
en cuya osamenta
 se incineran corazones
sin fluido.
En el noctámbulo episodio
cuando la luz laboriosa
cose un hilo tan débil
como una vela que se extingue,
los pasos del cielo
cuelgan cadalsos
de turbios tejidos
caminando sobre sueños
que se han ido.
En aquel lugar

donde las hélices
de la piel
colmaron de leche
al día cristalino,
los ríos de la vida

amamantan al hijo de la luna
anulando al estertor del hielo
cuando hunde su espada

en la boca abierta
de la memoria.
La hora final
da su estocada
abrazada al sopor
de una quimera
en cuya sal
el mar se desmorona.
La desértica ladera
de los inocentes
ha madurado
en el centro del vacío,
del agua clara
ha nacido un gigante

con mirada de universo
alimentando con nuevos bríos
al ser que despierta
en su núcleo solitario
embajador de la esperanza
en aquel lugar
donde todo comienza y finaliza
una y otra
vez.
No decae la fuerza
no desaparece su semblante
son instantes muy pequeños
en la inmensa inquietud
que jamás
termina.
En aquel lugar
donde la tierra ha muerto
con su ahogo de sangre
y su garganta de silencio,

siempre reverdece
una rosa.

Scarlet C

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Imagen; Pixabay.